Estaciones de tren se llenan de "amor" con obras de Paula Bonet, Marta Negre, Anaïs Florin y Juan Días-Faes

Cuatro obras creadas ex profeso protagonizan esta iniciativa, enmarcada en el Festival 10 Sentidos, que busca conectar las ciudades a través del arte y de las emociones gracias al apoyo de Visit Valencia, Renfe y Adif.

Pasajeros, acompañantes, trabajadores, visitantes, curiosos... Cualquiera es susceptible de participar en la inmersión que supone cada una de estas piezas creadas alrededor del concepto de 'El Amor', lema propuesto por el festival para su edición de 2022, resalta la organización.

Mertixell Barberà e Inma García, directoras del 10 Sentidos, han acompañado este martes a las artistas en la presentación en València Estació del Nord y Joaquín Sorolla, donde han explicado que el proyecto "conecta las ciudades, conecta las historias, los artistas y a los viajeros".

Una iniciativa con un potente mensaje emocional que "hace de un espacio hostil, como las estaciones de tren, lugares llenos de arte que hacen que te detengas y vivas un momento contemplativo y de reflexión".

El amor, presente en estas obras desde concepciones y visiones, tanto formales como plásticas, muy diversas, conviven en un espacio de paso. Precisamente en las estaciones de tren es donde se producen despedidas, idas y venidas, y donde el amor está muy presente de forma cotidiana, por lo que la propuesta invita a la parada, a la contemplación y a la reflexión.

En una sociedad en la que la inteligencia artificial, el 'big data' y los algoritmos evolucionan a una velocidad multiplicada exponencialmente en tiempo y uso, el ritual afectivo muta en su praxis. En esa premisa se basa la obra de la artista visual Marta Negre, 'Big Love Data', en la estación València Nord.

La diseñadora y creativa de l'Alcora (Castellón) ha expuesto el concepto de la transformación del cuerpo físico a un cuerpo de datos: "Dos conceptos que en este tiempo donde reinan los algoritmos, el amor orgánico se queda obsoleto y se busca en los propios cuerpos el amor propio". Una proyección protagonizada por Mónica Real, Inés Muñoz y Andreu Ases, con Andreu Signes como director de fotografía.

"ME CUIDAN MIS AMIGAS, NO LA POLICÍA"

En Joaquín Sorolla, Anaïs Florín demuestra cómo su creación artística se inscribe en el ámbito de las prácticas en contexto, presentando especial interés a los relatos, memorias y luchas asociadas a las transformaciones territoriales. 'El abrazo (Me cuidan mis amigas, no la policía' consiste en la instalación de una imagen de gran formato sobre estructura de metal.

Esta pieza plantea poner el foco sobre los vínculos afectivos que se generan dentro de procesos colectivos, dando lugar a redes de apoyo fuertes que a menudo son las que posibilitan la continuidad de ciertos movimientos.

Con la obra, Florín quería poner el foco en las amistades dentro de los entornos políticos y en "cómo esas relaciones presentes y necesarias dentro de los movimientos sociales, permiten tejer relaciones longevas en el tiempo". Las protagonistas de la fotografía son sus amigas abrazándose después de la manifestación del 8 de Marzo.

Por su parte, el taller La Madriguera, formado por Helena Laguna, Jana A. Abril y Paula Bonet, utiliza un lugar de paso como Sants para romper con lo más gris de lo cotidiano a través de una imagen que pone en juego una manera de relacionarse que no suele formar parte del tránsito diario de la estación.

La pieza 'Consentimiento' es un acercamiento a una concepción del amor en la que no todo vale y que rompe con las reglas y el camino marcado, demostrando que "en el amor no hay imposiciones ni juegos de poder" y partiendo del clásico juego de Twister y los entrelazados y conexiones que genera.

Estas artistas se inspiran en su forma, en el espacio que ocupa en el suelo y en su naturaleza para ser pisado. Para ello rompen con su estructurada cuatricromía y la invierten para que el propio suelo tenga cabida en la obra. Así entrelazan no solo personas, sino también colores: los elementos se abrazan, se acarician, se separan, se miran y forman un todo que muta como muta a diario cada uno con sus afectos.

Y en Atocha, Díaz-Faes plasma con su obra 'Pitarras' al vino de pitarra, "algo casero y hecho del amor". La esfera sobre la cabeza de la pieza principal recuerda al peinado, pero también es un ejercicio de equilibrio imposible en la escultura: "Todo el peso sobre nuestras cabezas".

Desde 2017, ciudades como Miami, Austin, Guangzhou, Uruguay, Hamburgo o Madrid cuentan con sus grandes murales, pero también ha expuesto en París, Barcelona, Taipei o Hamburgo. Además, su trabajo forma parte de la muestra del museo madrileño Espacio SOLO.